Como
la siempreviva
Mi poesía
es como
la siempreviva
paga
su precio
a
la existencia
en
términos de asperidad.
Entre
las piedras y el fuego,
frente
a la tempestad
o
en medio de la sequía,
por
sobre las banderas
del
odio necesario
y
el hermosísimo empuje
de
la cólera,
la
flor de mi poesía busca siempre
el
aire,
el
humus,
la
savia,
el
sol,
de
la ternura.
Roque
Dalton
Poemas
clandestinos