La Jornada: Tragedia, frivolidad, justicia por Adolfo Gilly
La justicia no empieza por la promesa escrita en un programa, sino por la denuncia, la indignación y la pelea en los casos de la vida real, poniendo el cuerpo y alzando el grito en la denuncia.
La justicia empieza por el conocimiento y la divulgación de la injusticia. Empieza por conocer, saber e informar al país cada injusticia, como lo han hecho quienes han asumido como personas o como organizaciones esa ardua tarea. La ausencia de justicia está encubierta y legitimada por el monopolio de la información. Antes que esos jueces infidentes, Televisa y TV Azteca son los fabricantes y los encubridores de la injusticia.
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